En el día del empleado público provincial
Entonces, para acecharlo, enviaron espías que fingían ser gente honorable. Pensaban atrapar a Jesús en algo que él dijera, y así poder entregarlo a la jurisdicción del gobernador.
—Maestro —dijeron los espías—, sabemos que lo que dices y enseñas es correcto. No juzgas por las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios. ¿Nos está permitido pagar impuestos al césar o no?
Pero Jesús, dándose cuenta de sus malas intenciones, replicó: —Muéstrenme una moneda romana. ¿De quién son esta imagen y esta inscripción?
—Del césar —contestaron. —Entonces denle al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios.
—Del césar —contestaron. —Entonces denle al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios.
[Lc. 20, 20-25]
Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Capernaúm, los que cobraban el impuesto del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron:
—¿Su maestro no paga el impuesto del templo? —Sí, lo paga —respondió Pedro.
Al entrar Pedro en la casa, se adelantó Jesús a preguntarle:
—¿Tú qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás? —A los demás —contestó Pedro.
—Entonces los suyos están exentos —le dijo Jesús—. Pero, para no escandalizar a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda.Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.
—¿Su maestro no paga el impuesto del templo? —Sí, lo paga —respondió Pedro.
Al entrar Pedro en la casa, se adelantó Jesús a preguntarle:
—¿Tú qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás? —A los demás —contestó Pedro.
—Entonces los suyos están exentos —le dijo Jesús—. Pero, para no escandalizar a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda.Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.
[Mt. 17, 24-27]
Voy a ser grosera.
Si tengo que graficar con una frase lo que fue mi semana laboral esa frase sería: "Sacamela un poquito"
La neurosis de los funcionarios socialistas me está resultando terriblemente estresante.
Y es que el socialismo, como cualquier ideología, se chupa la savia energética de las personas, corrompe su alma, lacera su mente, denigra su cuerpo, pervierte su voluntad, ansía dilatar sin límites su podredumbre.
Si tengo que graficar con una frase lo que fue mi semana laboral esa frase sería: "Sacamela un poquito"
La neurosis de los funcionarios socialistas me está resultando terriblemente estresante.
Y es que el socialismo, como cualquier ideología, se chupa la savia energética de las personas, corrompe su alma, lacera su mente, denigra su cuerpo, pervierte su voluntad, ansía dilatar sin límites su podredumbre.
No creo que sea algo por lo cual valga la pena dar la vida, la libertad, los sueños, la alegría. No entiendo ese tipo de "sacrificio político". La polis, así como la historia, son de los más grandes embustes (es decir, vergüenzas) humanas.
Pero hay que trabajar donde yo trabajo -hay que ser una publicana- para comprender qué portentoso abismo hay entre el mundo y la vida, y lo insensible que se ha vuelto la gente al horror de tal disolución.
Me ha tocado atender consultas donde un individuo manifestaba su intención de pagar los impuestos pero que no podía hacerlo porque no le alcanzaban los recursos de que disponía, porque debía destinarlos a medicamentos, alimentación, vestido, educación, mantenimiento de algún familiar a cargo, siendo evidente la urgencia y prioridad de éstos últimos.
Y yo retorciéndome entre el azoramiento y la impotencia; conteniendo el descaro de espetarle "¿usted me está solicitando asesoramiento tributario o que le aconseje cómo vivir?"
No hay mucho que pueda hacer, excepto sonreír irónica y tristemente ante la estupidez del homo sapiens y disfrutar este día feriado, que sumado al del lunes próximo hacen un fin de semana extendidísimo.
¿Qué ocurriría si, un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijese: "Esta vida, como tú ahora la vives y la has vivido, deberás vivirla aún otra vez e innumerables veces, y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, y cada pensamiento y cada suspiro, y cada cosa indeciblemente pequeña y grande de tu vida deberá retornar a ti, y todas en la misma secuencia y sucesión -y así también esta araña y esta luz de luna entre las ramas y así también este instante y yo mismo. ¡La eterna clepsidra de la existencia se invierte siempre de nuevo y tú con ella, granito del polvo!"? ¿No te arrojarías al suelo, rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que te ha hablado de esta forma? ¿O quizás has vivido una vez un instante infinito, en que tu respuesta habría sido la siguiente: "Tu eres un dios y jamás oí nada más divino"? Si ese pensamiento se apoderase de ti, te haría experimentar, tal como eres ahora, una transformación y tal vez te trituraría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa: "¿Quieres esto otra vez e innumerables veces más?" pesaría sobre tu obrar como el peso más grande! O también, "¿cuánto deberías amarte a ti mismo y a la vida para no desear ya otra cosa que esta última, eterna sanción, este sello?"
[F. NIETZSCHE, La Gaya Sciencia, 1882]
MIKE JAGGER, Let's work, 1987
7 comentarios:
Medio obvios los espías romanos ¿eh?
Me gustaría algún día determinar la relación entre el asunto del eterno retorno y el libre albedrío...
y sí; nada tan burdo como la conspiración.
en cuanto a tu deseo qué sé yo; se me hace una empresa medio inútil, más que nada por eso de "determinar"
filosofemas, Diego, filosofemas...
El eterno retorno se determina fácticamente a través de un porrón de cerveza que jamás se rompió desde su creación, que siempre se va vacío y siempre vuelve lleno. Claro, de haber existido en tiempos de Heráclito el "envase retornable" se hubiera ahorrado esas cosas del río que nunca es el mismo y blablabla. Heráclito era cumbiero, si.
La palabra de verificación es "ingust" Que viene al dedillo para indicar una indigestión con leberbush.
justo anoche comí unos sandwichitos de leberwurst en pan negro que estaban güeniiiiísimos y los acompañé con Heineken de botella; no pensé en el eterno retorno, sino que me complací en el ahí y entonces.
Determinar quizás no sea el verbo adecuado... mejor lo cambio por "explorar". Algo como un ejercicio filosófico sin consecuencias.
Trabajo en le Estado Nacional en contacto con las líneas políticas del organismo, nunca me crucé con un socialista. Igual hieden
Yo creo que la famosa teoría tiene una trampita.
Porque,
1)si no nos damos cuenta, entonces no hay repetición, es una sola cosa.
2)si nos damos cuenta, entonces tampoco hay repetición, porque la conciencia modifica las cosas.
Besos.
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