Ni canto de sirenas ni suspiros de moribundo.
De mis cielo y tierra fluían remembranzas de belleza, certidumbre de inagotable luz, un aleluya a la mansedumbre, preces de Vida. Y yo trinchando decepciones, fertilizando la estepa del agobio con mi cándida pedantería.
Entonces él dio conmigo, fue el reconocimiento mutuo y ahora Es lo que Es.
Si me preguntan por lo que me preocupa, respondo: "la idiotez del homo logicus, su lúdica inmadura puesta al servicio de la autoaniquilación".
En lo más reservado de mi espíritu dialogan antiguas fuerzas aristocráticas, lo impoluto ignorado, reverberaciones lacedemonias, verdades en lapislázuli, la distinción fundacional.
..... flotar ..... densidad ínfima ..... lentitud ..... elasticidad .....
Han cesado las aceleraciones. Una pax in acto al modo regio sin conciencia de dios ni de sí.
Una voluntad ungida extendiéndose grácil e hidalga, indómitamente, por los siglos de los siglos.
Oh sí, señor, qué tupé.
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