17.5.09

χρόνος, Ποíησιζ, λóγος

Cuando un alma sensible y cultivada recuerda sus esfuerzos para trazar, según su propio destino intelectual, los grandes lineamientos de la Razón; cuando estudia, valiéndose de su memoria, la historia de su propia cultura, ella se da cuenta de que en la base de las certidumbres íntimas permanece siempre el recuerdo de una ignorancia esencial. Hay de tal modo en el reino del conocimiento mismo, una falta original: la de tener un origen, la de no alcanzar la gloria de ser intemporal, la de no despertarse uno mismo para seguir siendo uno mismo, en lugar de esperar del mundo oscuro la lección de la luz.

¿En qué agua lustral encontraremos, no solamente el renacimiento del frescor racional, sino más bien el derecho al retorno eterno del acto de razón? ¿Cuál será la Siloë que, marcándonos con el signo de la Razón pura, pondrá en nuestro espíritu un orden tal que nos permita comprender el orden supremo de las cosas? ¿Qué gracia divina nos dará el poder de conciliar el comienzo del ser y el comienzo del pensamiento, e iniciándonos nosotros mismos en un pensamiento nuevo, de retomar en nosotros, para nosotros, sobre nuestro propio espíritu, la tarea del Creador?

(…) No podemos fijar la hora en que el misterio se hizo lo bastante claro para enunciarse como un problema ¡Pero qué importa! Que surja del sufrimiento o de la alegría, cada hombre tiene en su vida esa hora luminosa, la hora donde comprende de pronto su propio mensaje, la hora en la cual el conocimiento al iluminar la pasión, revela a la vez las reglas y la monotonía del Destino, el momento verdaderamente sintético en que, dando la conciencia de lo irracional, se transforma sin embargo en el éxito del pensamiento. Allí está situada la diferencial del conocimiento, la fluxión newtoniana que nos permite apreciar cómo el espíritu surgió de la ignorancia, la inflexión del genio humano sobre la curva descrita por el progreso de la vida. El coraje intelectual consiste en conservar activo y viviente ese instante del conocimiento naciente, en convertirlo en la fuente inagotable de nuestra intuición, y en dibujar, con la historia subjetiva de nuestros errores y faltas, el modelo objetivo de una vida mejor y más clara.    

    


A. VIVALDI - Concierto de cámara en sol menor para flauta de pico, oboe, violín, fagot y bajo continuo, Rv 105  
03. Allegro

El ser librado a la razón encuentra sus fuerzas en la soledad. Tiene en sí mismo los medios de rehacerse. Posee para él la eternidad de lo verdadero sin tener la carga y la custodia de la experiencia pasada (…), es verdaderamente por la razón que todo puede recomenzar. El fracaso no es sino una prueba negativa, el fracaso es siempre experimental. En el dominio de la razón basta con aproximar dos temas oscuros para que sobrevenga la claridad de la evidencia. Del antiguo mal comprendido se hace entonces una novedad fecunda. Si hay un eterno retorno que sostiene el mundo, es el retorno eterno de la razón.

Roupnel no busca los caminos de la redención del ser por el lado de esta inocencia racional. Encuentra en el Arte el medio más directamente adaptado a los principios mismos de la creación. En páginas que tocan el corazón mismo de la intuición estética, nos devuelve a esa frescura del alma y de los sentidos que renueva la fuerza poética. “El arte nos libera de la rutina literaria y artística… Nos alivia de la fatiga social del alma y rejuvenece la percepción gastada. Restituye a la expresión envilecida el sentido activo y la representación realista. Restablece la verdad en la sensación y la probidad en la emoción. Nos enseña a utilizar nuestros sentidos y nuestras almas como si nada hubiera todavía depravado el rigor o devastado la clarividencia. Nos enseña a ver y a escuchar el Universo como si recién ahora se nos revelara sana y repentinamente. Restablece bajo nuestros ojos la gracia de una Naturaleza que despierta. Nos devuelve las horas mágicas del alba original chorreando creaciones. Nos devuelve por así decirlo al hombre maravillado que escuchó el nacimiento de las voces en la Naturaleza, que asistió a la aparición del firmamento y delante de quien el Cielo se levantó como un Desconocido”

De nuevo se torna evidente que si el Arte, como la Razón, es la soledad, la Soledad es el Arte mismo. Después de haber sufrido, nos hemos reintegrado “a la altiva soledad de nuestro corazón… entonces, nuestra alma, que ha roto sus cadenas infames, entra en su templo sumergido”; (…) “el Arte es el oyente de esa voz interior. Nos aporta el murmullo oculto. Es la voz de la conciencia sobrenatural que reside en nosotros sobre el fondo inalienable y perpetuo. Nos restablece en el sitio primordial de nuestro Ser y en el lugar inmenso donde estamos en el Universo entero. Nuestra parcela miserable adquiere entonces su jerarquía universal, y nos ofrece la autoridad que detenta. Triunfante de todos los temas discontinuos que separan el Ser y constituyen el Individuo, el Arte es el sentido de Armonía que nos restituye al dulce ritmo del mundo y nos devuelve a ese Infinito que nos llama.

“Entonces todo en nosotros participa del ritmo absoluto en donde se desarrolla el fenómeno completo del Mundo. Entonces todo se ordena en nosotros siguiendo las supremas direcciones, todo se ilumina en las clarividencias íntimas. Las luces adquieren su significación mensajera. Las líneas desarrollan la gracia de una asociación misteriosa en los acordes infinitos. Los sonidos despliegan su melodía en el camino interior, allí donde canta todo el Universo. Un vehemente amor, una simpatía universal busca nuestro corazón, y quiere ligarnos el alma que se estremece en cada cosa.

“El Universo que alcanza su belleza es el Universo que alcanza su sentido; y las imágenes anticuadas que le procuramos caen de la cara absoluta que emerge del misterio”.

Creemos que hay, en la raíz de esta redención contemplativa, una fuerza que nos permite aceptar en un solo acto la vida con todas sus contradicciones íntimas (…) La causa profunda de la melancolía roupneliana se debe quizás a esta necesidad metafísica: en un mismo pensamiento se debe hacer coexistir el lamento y la esperanza. Síntesis sentimental de los contrarios: el instante vivido. Por otra parte somos capaces de dar vuelta al eje sentimental del tiempo y de poner la esperanza en un recuerdo cuyo frescor restituimos en nuestro ensueño. Por el contrario, podemos desalentarnos al contemplar el futuro porque durante ciertos minutos, en la cima de la edad, por ejemplo, nos damos cuenta que no podemos dejar para mañana el cuidado de nuestras esperanzas. La amargura de la vida es el sentimiento de no poder esperar, de no oír ya más los ritmos que nos invitan a ejecutar nuestra parte en la sinfonía del devenir. Es entonces cuando “el lamento sonriente” nos aconseja invitar a la Muerte y aceptar, como una canción que nos mece, los ritmos monótonos de la Materia.

En esta atmósfera metafísica ubicamos a Siloë; (…) en esta obra amarga y tierna la alegría es siempre una conquista; la bondad supera al razonar la conciencia del mal, porque la conciencia del mal ya es deseo de redención. El optimismo es voluntad, en tanto que el pesimismo es conocimiento claro ¡Sorprendente privilegio de la intimidad!  El corazón humano es verdaderamente la mayor fuerza de coherencia respecto de las ideas contrarias (…)

GASTON BACHELARD  L'intuition de l'instant. Étude sur la Siloë de Gaston Roupnel, 1932


R. BEGAS  Pan tröstet Psyche, 1858

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿La psiquis de Pan Triste?

Moctezuma.......jaja

GISOFANIA dijo...

Sí que has vuelto, todo realmente vos.
Y yo que te imaginaba apesadumbrado por lo de Benedetti...

"defender la alegría como una certeza / defenderla del óxido y de la roña / de la famosa pátina del tiempo / del relente y del oportunismo / de los proxenetas de la risa"

Tony dijo...

Para "lamentos sonrientes" los de mi compadre Jorge, cada que en la cantina "La Rata Muerta", lee en su celular, el mensajito recién llegado de mi comadre... y para "atmósfera metafísica" (añadiría "y contemplativa") la de mi sábado por la tarde, con la moto estacionada detrás, los tintos Mendozinos y Napanianos a punto de fenecer, el sol queriéndose despedir y el oleaje del Mar de Cortés... en los pies.

Y yo también siento el luto...

german dijo...

somewhere over the rainbow...
Y entonces se hizo la luz, los servidores dejaron de hacer "stop" a nuestras intenciones y fuimos felices, surfeamos por la red y llegamos adonde queríamos estar, ahí, molestando, mirando, vouyeres empedernidos, soplones, y demas...Quizá nietsche hubiera bostezado en nuestros silogismos...somos tan lábiles...Sigamos con israel kamakawiwo'ole...al menos canta mejor que yo.. y ya va, ya va.. que impaciente, che!!!

GISOFANIA dijo...

Tony, Fito, Moctezuma, Germán... este mayo transcurre en ritmo de rittornello.
Gracias, muchachos.
Sientanse como en su casa, pero respeten la paz y el silencio; estoy en estado de hibernación reflexiva, como habrán podido apreciar