A la cadena atada
entre oro y olvido:
la noche.
Ambos quisieron prenderla.
Ambos consintió en su hacer.
Pon,
pon también ahora allí lo que quiere
albear del crepúsculo junto a los días:
la palabra sobrevolada de estrellas,
sobrebañada de mar.
A cada uno la palabra.
A cada uno la palabra que le cantó,
cuando la jauría le atacó por la espalda -
A cada uno la palabra que le cantó y quedó helada.
A ella, a la noche,
lo sobrevolado de estrellas, lo sobrebañado de mar,
a ella lo logrado al silencio,
cuya sangre no cristalizó cuando el colmillo del veneno
traspasó las sílabas.
A ella la palabra lograda al silencio.
Contra las otras que pronto,
prostituidas por las orejas de los desolladores,
también trepan por el tiempo y los tiempos,
testimonia por último,
por último, cuando sólo cadenas resuenan,
testimonia por la que allí yace
entre oro y olvido,
hermana de ambos de siempre -
¿Pues dónde
alborea, di, sino en ella,
que en la cuenca de su río de lágrimas
a los soles sumergiéndose la semilla muestra
una y otra vez?
[de "Umbral en umbral", 1955]
[de "Umbral en umbral", 1955]
CIÉGATE
Ciégate para siempre:
también la eternidad está llena de ojos-
allí
se ahoga lo que hizo caminar a las imágenes
al término en que han aparecido,
allí
se extingue lo que del lenguaje
también te ha retirado con un gesto,
lo que dejabas iniciarse como
la danza de dos palabras sólo hechas
de otoño y seda y nada.
[de "Cambio de aliento", 1967]
[de "Cambio de aliento", 1967]
PAUL CELAN
* * *
No se prende una lumbre
para esconderla bajo la cama.
Ni el cáliz se ofrece
para el empacho.
Reniega la espiga
contra el molino
mientras la cordura
abreva de su acibarada pócima.
Floreceré a la sombra de los imperios
en la torre bizantina
oteando hacia Orión.
Me habré erguido en vigor
como el sicomoro amaña su copa
en un erial, tras el simún.
2 comentarios:
Que buena poesia, como para regocijar un poco el alma.... cosa que no viene en lo absoluto mal.
las de Celan son demoledoras.
la mía es superficial.
como para equilibrar pesos.
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