El camino del hombre es el hombre mismo; no es, pues, fuera de él donde debe buscarlo cada uno. Y con esto afirmamos otra vez la regla de la unidad (...). El hombre puede y debe ser camino de sí mismo, porque todo está en él; allí está todo en esencia. Por esto cuando da de sí, da algo inédito y de primera mano, toma de la esencia y lo configura como puede, en lenguaje articulado para los otros.
Cuando el hombre da consigo mismo está con todos los hombres, pero no sabe de sus nombres ni de sus países. El hombre halla al hombre en el camino del mundo, pero es cuando él se ha hallado a sí mismo.
Hay música para los oídos y música para el alma. Es según de donde proceda. Adentro cesa todo ruido; por esto también el de la calle, y allí no hay muerte ni enfermedad; y de ahí la firmeza.
... En el hombre disciplinado, el lenguaje exterior llega a ser interior; sus palabras fluyen de lo profundo. Los otros sólo dan voces... Y del interior no puede salir palabra que hiera; tal voz es es canto y nos da la evidencia de otro modo de existencia.
Joaquín Torres García
Arte universal, 1943
Óleo sobre tela, 75 x 106 cm
(...) El hombre es camino de sí mismo; por esto debe respetarse; porque adentro, ya es cosa seria; ya es más que un hombre. Y ahí tenemos un lugar sagrado.
(...) La equivocación, pues, está en buscar lejos lo que se tiene cerca, buscar afuera lo que se tiene dentro. Toda situación externa adquiere ahora el valor relativo y pasajero que le corresponde. Y por el crecimiento de lo interno, lo externo mengua; se reduce a un mínimo; y es lo que debe ser. Porque así el hombre cada día es más libre. Más se posee.
Y por tal vida, el hombre, adquiriendo un sentido más humano, podrá ser más útil y grato a los otros. Decía uno: "hay que perfeccionarse para ser útil a los demás, y ser útil para perfeccionarse". También aquí se afirma la regla de la unidad.
(...) Camino de sí mismo es el hombre; pero cuando oye en vez de pensar. Hay que superar el pensar. El pensar hace al hombre chico y miserable; pues se somete a lo que debe ser sometido a él. Por el pensar el hombre va al error, e induce a los otros a tal perdición. La verdad viene del alma.
Lo que da el alma es algo total; lo que da el pensar tiene que ser incompleto, porque ni es vital ni evidente. A menos que el pensar tome origen en la visión interna, es inerte. Ver, internamente, es vivir, en cualquier plano. Es crear y construir (...)
El respeto a la individualidad, pues, es cosa sagrada; y esto lo extiendo a toda cosa viva existente. Por lo tanto, y establecido tal principio, cada individuo, y por sí, ha de resolver su caso. Y aquí, ahora ya no es cuestión de bien y mal, de justo e injusto, pues reconozco que la vida debe producirse con todo desahogo. Y que cada cual luche en el mundo, como pueda. Eliminar el mal es imposible; eliminar el bien, lo es igualmente. Tales opuestas cosas son, no sólo los fundamentos de esa vida misma, sino que y por necesidad, de antes que los mundos existiesen ya existían; por cuanto ese dualismo aparente, no es sino la confirmación de la ley de unidad, que está a la base de la Existencia (...)
Joaquín Torres García
Figuras con palomas, 1949
Óleo sobre cartón, 45 x 35 cm
El principio de unidad que rige en todas las esferas, supone la diversidad. Ambos principios son inseparables (...) Los principios opuestos, pues, son la base de la vida (...)
Una prueba evidente de la existencia de esos dos principios opuestos, es que, en el mundo rige la ley de equidad y la ley de la fuerza; y que no es posible que la una venza a la otra. Por eso el problema humano es individual y no colectivo. La misma ley de libertad así lo exige.
(...) sólo podemos hallar lo universal dentro de nosotros mismos. Por esto dije antes: el camino del hombre es el hombre mismo.
En el Teatro del Mundo se juega esta tragedia: la del Hombre Real contra el Hombre Abstracto.
Joaquín Torres García UNIVERSALISMO CONSTRUCTIVO
"Lección 145. El camino del hombre" (agosto de 1942)
BUENOS MUCHACHOS “Vos más que vos”
Uno con uno y así sucesivamente, 2006