Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco.
Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita.
EPICURO DE SAMOS (341-270 a.C.) Exhortaciones
a cambio de una taza de la lujuriosa bebida de Moctezuma)
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