JEAN B. LOEILLET (1680-1730) Concerto in D major for Panpipes and Orchestra
De igual manera que una pequeña gota de agua caída en una gran cantidad de vino parece diluirse y desaparecer para adquirir el sabor y el color del vino; así como el hierro enrojecido e incandescente se hace semejante al fuego y da la impresión de perder su forma primera; del mismo modo que el aire inundado por la luz del sol parece transformarse en esta misma claridad luminosa, hasta el punto de que la consideramos, no ya iluminada, sino luz, así también todo afecto humano, en los santos, debe llegar a fundirse y liquidarse para derramarse completamente en la voluntad de Dios. En efecto, ¿cómo podría estar Dios todo entero en todas las cosas, si en el hombre quedase algo del hombre? Permanecerá, sin duda, su sustancia; pero bajo otra forma, con otro poder y con otra gloria.
BERNARDO DE CLARAVAL (1091-1153)
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