Mi muerte llegará desde el Báltico (hay cosas que se saben, se temen, se presienten). Será diligente y sádica, un suspiro helado en la última noche del absurdo. Me fulminará los huesos, que sonarán como la Kreutzerova de Janáček [*], y yo me derramaré en clave bohemia abarrenando el vacío.
Ahora (el ahora combatiente) esta bruma húmeda y azarosa.
En el árbol las avecillas del otoño chillan alborotadas, clamando por un chubasco que no ha de arribar. Con ellas agoniza la humanidad entera.
En el árbol las avecillas del otoño chillan alborotadas, clamando por un chubasco que no ha de arribar. Con ellas agoniza la humanidad entera.
Contemplaciones, aniquilaciones, mudez (el logos pathos de la verticalidad)
Pero yo prefiero a mi espíritu así desgarrado por ansias de totalidad que timorato ante la roñería del mundo...
[*] Gracias, Andseo
2 comentarios:
Dígale al remitente que no sea pijotero con el embalaje y que si puede no la despache en barco que los mares de allá están mas revueltos que guiso de pobre.
Oportuna apreciación la tuya.
Pero viste cómo es Hades de mal llevado; si me pongo exigente con el embarque es capaz de mandarme un jet con algún Caronte suicida dispuesto a la inmolación eficaz, y entonces sería una muerte colectiva y ¿dónde iría a parar mi dignidad mítica?
(ya me conocés, soy una romántica incurable)
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