30.8.09

ABREVADERO

Remanso.
Toda vez que el alma se detiene para otear su horizonte, saciándose complacida.


J. S. BACH - Sonata For Viola Da Gamba In G Minor, Bwv 1027 - III. Andante

R. DOISNEAU - The Cellist, 1957
H. PURCELL - Dido and Aeneas (1682) - Overture

Non ergo essem, deus meus, non omnino essem, nisi esses in me. An potius non essem, nisi essem in te, ex quo omnia, per quem omnia, in quo omnia? Etiam sic, domine, etiam sic.
Aurelius Augustinus Hipponensis Confessionum I, 2

Nada sería yo, dios mío, nada sería yo en absoluto si tú no estuvieses en mí; pero, ¿no sería mejor decir que yo no sería en modo alguno si no estuviese en ti, de quien, por quien y en quien son todas las cosas? Así es, señor, así es.
Aurelio Agustín de Hipona Confesiones I, 2

24.8.09

LE CERCLE. Quand seulement la vie

SODA STEREO “Genesis” - Comfort y música para volar MTV unplugged, 2007


VOX DEI “Apocalipsis” - La Biblia, 1971

22.8.09

Gaudĭum et Evidentĭa o esa oportuna intuición de Dios

Decir que el instinto de huir del sufrimiento está profundamente enraizado en el hombre, es una errónea valoración psicológica de nuestra época. La inconciente remoción de un trauma, en base a dicho instinto, es una hipótesis inconsistente, en cuanto presupondría una voluntad extraña al trauma, un sujeto que se le opondría. Pero esta voluntad y este sujeto no existen, y el suponerlos como datos -aunque sea oscuramente, bajo la forma del inconciente, o incluso como tendencias autónomas y contradictorias- no favorece una mejor comprensión. Es el propio trauma el que produce el olvido, y no una inventada remoción por obra del inconciente, basada a su vez en una defensa del dolor. Y el individuo no se halla frente al dolor, sino que es él mismo dolor. Negando al dolor se negaría a sí mismo. El trauma lacera violentamente el tejido de la representación, hace aflorar lo inmediato: por eso permanece aislado de la sucesiva cadena de la memoria, que es puramente representativa. El dolor no es un accidente eliminable: forma parte de la base. El hombre para suprimirlo tendría que negar la vida, y por tanto -si fuese posible- mediante la razón. No hay instinto contra el dolor, porque el dolor expresa ya algo más. Sólo lo que se expresa en la alegría puede "remover" lo que se expresa en el dolor.

MILES DAVIS - In a Silent Way (1969) - "In a Silent Way / It's About That Time"

En las religiones profundas, como la india y la griega, el impulso jubiloso y exuberante de la vida comprensa la intuición del mundo como ilusión y apariencia: así surgen los dioses, creados por el poder cognoscitivo del hombre, símbolos que aluden a una profundidad, a algo que está tras la imagen de los sentidos. El dios expresa la evanescencia del mundo, transfigurada positivamente: si todo es apariencia, he aquí viviente ante vosotros aquello de lo que todo es apariencia.

JORGE CAFRUNE "Cuando llegue el alba" (1964)

Contra el pesimismo radical, además de la solución budista está la solución griega. Nietzsche ya lo dijo, si bien su formulación no fue convincente: la vía dionisíaca sería la afirmación del dolor. Pero el dolor es precisamente aquello que no se puede afirmar. Sería mejor decir que los griegos superaron el dolor por otra vía, minimizándolo, descubriéndole un rival. La vida como conservación del individuo, propagación de la especie, es un cuadro reductivo: aquí la necesidad, el poder, la carencia, el cansancio, configuran los modelos del hombre político, del hombre económico. Pero la vida también es juego, o si se prefiere, es algo más, algo distinto de todo lo dicho anteriormente. Cuando un fragmento de vida sustraído a la aflicción compensa todo el resto, se ha vencido el pesimismo. Esta es la enseñanza de los griegos. Para ellos nobleza no significa, como afirma Nietzsche, la buena conciencia por parte de quien posee y ejerce el poder, sino el actuar, el pensar sin finalidad. Lo que conocemos como cultura arranca de ahí, expresa el instinto antipolítico, antieconómico. Una creación primordial de este genio del juego es el mundo de los dioses olímpicos. La divinidad es la que huye del finalismo, significa la despreocupación por la necesidad. El dios es lo que se halla fuera de la esfera del ponos. Nietzsche supo ver la relevancia de la expresión homérica "los dioses que viven sin esfuerzo, con levedad", que sigue resonando en Platón: "los carruajes de los dioses se deslizan con suavidad, fácilmente". Considerar esta multitud de dioses olímpicos con su glorioso cortejo, el arte y la poesía griega , como una creación apolínea, tal y como sugiere Nietzsche, como una apariencia y un sueño, es clarificador, pero no agota el objeto. Para restituir aquel modelo, la metafísica de Schopenhauer es endeble, sus colores fúnebres. El juego no es únicamente sueño sino vigilia, no es apariencia más de cuanto lo sea la violencia del dolor, es un aspecto positivo de la vida que emerge de las islas griegas, es vida triunfante que consigue equilibrar el peso de la necesidad y del esfuerzo.
De estas premisas se desprende el resto. En primer lugar el elemento arbitrario, imprevisible del temperamento griego: el gusto por la competición, la astucia, la dominación mediante las palabras, la carcajada sin cinismo, la saciedad en la victoria, que renuncia a la aniquilación final del vencido, la indiferencia hacia los resultados de lo que se realiza, la predisposición a la ira, al impulso incontrolado, la susceptibilidad, el arriesgarlo todo por algo que no vale la pena, la impaciencia, la atracción por la máscara, el capricho de experimentar modos de vida contrapuestos. El distanciamiento respecto al elemento personal, y en general respecto a las condiciones individuales, en su banal corporeidad, arranca también de ahí: los griegos contemplan la individuación al trasluz, buscando un tejido que anteceda a la individuación. Para el griego, finalmente, el mito desdobla su vida en el sueño, suspende cualquier juicio, cualquier cadena rígida de sus pensamientos. Toda creación griega es antirrealista, hasta el final del siglo V (también Aristófanes y Tucídides son antirrealistas). Por eso el griego no teme al Estado, y si se presenta la ocasión lo desafía, como Sócrates, sin que la cosa suene a ridícula. El conocimiento griego es antitecnológico y antiutilitario, porque la cultura estaba basada en el juego. Por eso los sabios no divulgaron la ciencia, no la consignaron al Estado.
Giorgio Colli Después de Nietzsche, 1978

20.8.09

La prueba: "nadar sabe mi llama..."




J. MULLINS Oceanside Remains


Está el ave en el aire con sosiego,
en la agua el pez, la salamandra en fuego,
y el hombre, en cuyo ser todo se encierra,
está en la sola tierra.
Yo solo, que nací para tormentos,
la boca tengo en aire suspirando,
el cuerpo en tierra está peregrinando,
los ojos tengo en agua noche y día,
y en fuego el corazón y el alma mía.

FRANCISCO DE QUEVEDO


J. MULLINS Snow Capped Pier

11.8.09

BÁSICAMENTE {posesión nostálgica}

O. REDON La barca mística 1890-95

ALMENDRA (1969: selección)


N. POUSSIN The dance to the music of time 1640

ALMENDRA (1968-1970: selección)

8.8.09

De alambiques y Aqua Vitae


Así como un caramelo efervescente al ser paladeado con ahínco preciso finalmente explota en la boca y derrama su sensación por todo el cuerpo, del mismo modo la divinidad si es invocada con fervor acaba retumbando en la interioridad del espíritu reedificándolo.

KATSUSHIKA HOKUSAI

La finitud parece confinarnos a distinguir nada más que porciones, detalles, astillas; pero no consigue acallar en nosotros una vocación por la universalidad, reverberación personal del destino Único. Cada parte es eco de todo, esa desintegración que nos aturde es un espléndido simulacro del ser.
El escenario de la interpretación humana, la actividad de la criatura fracturada, es una continua travesía hacia la satisfacción, la ascesis orientada al éxtasis, la evolución alquímica a rastras de la incorruptibilidad.


5.8.09

Laberinto Apócrifo


Enciende una varita y el humo del incienso invade la habitación.
Al tiempo que se desviste, acomodando cada prenda sobre el baúl, esa inquilina insospechada se le aposta enfrente (cerniéndose a través de los intersticios de su logos).
Una falsa aporía -la duda raída por sucesivos empeños de voluptuosidad- trepa por las paredes con su estela pedante y belicosa, se le encapsula allí mismo (insurgente, amotinada).
Entonces piensa en dilataciones acuáticas, en firmamentos marítimos, en huellas de caracoles.



La Pereza

El alma adora nadar.

Para nadar es necesario extenderse sobre el vientre. El alma se disloca y parte. Se va nadando. (Si su alma se va cuando está usted parado, o sentado, o con las rodillas flexionadas, o los codos, con cada diferente posición corporal, el alma partirá con un comportamiento y formas diferentes, es lo que desarrollaré más tarde.)

A menudo se habla de volar. No es eso. Lo que hace es nadar. Nada como las serpientes y las anguilas, jamás de otra manera.

Es así que muchas personas poseen un alma que adora nadar. Se les llama vulgarmente perezosos. Cuando el alma abandona el cuerpo por el vientre para nadar, se produce tal liberación de no sé qué, es un abandono, un goce, una relajación tan íntima.

El alma se va a nadar en el hueco de la escalera o en la calle siguiendo la timidez o audacia de un hombre porque ella siempre conserva un hilo de ella a él y si este hilo se rompiese (en ocasiones se hace muy tenso pero es necesaria una fuerza pavorosa para romper el hilo), sería terrible para los dos (para ella y para él).

Cuando ella está ocupada nadando lejana mediante este simple hilo que une al hombre al alma se cuelan volúmenes y volúmenes de una especie de materia espiritual, como lodo, como mercurio o como un gas –goce sin fin.

Es por esto que el perezoso es incorregible. No cambiará nunca. Es por esto que la pereza también es la madre de todos los vicios. Porque… ¿quién es más egoísta que la pereza?

Tiene fundamentos que el orgullo no tiene.

Pero la gente se ensaña con los perezosos.

Mientras ellos están acostados se les golpea, se les arroja agua fría en la cabeza, rápidamente deben traer su alma. Entonces ellos lo miran con esa mirada de odio que se conoce bien y que se ve sobre todo en los niños.

HENRI MICHAUX La nuit remue, 1935 / Traducción: Carlos Estela


ARSHILE GORKY Nighttime, Enigma and Nostalgia (c. 1932-1934)

Es de noche, cuando el amor florece y sacraliza. La intrusa se aterra, huye hacia climas más propicios a su aguijoneo tóxico.
Ella sonríe, adormilándose. Él vigila en silencio.

CÉSAR FRANCK Sonate pour piano et violon en la majeur (1886)
Augustin Dumay (violín) - Maria J. Pires (piano)

3.8.09

légèreté / gravité

Nicolas de Stäel Templo Siciliano, 1953

J'habite une douleur
Ne laisse pas le soin de gouverner ton coeur à ces tendresses parentes de l'automne auquel elles empruntent sa placide allure et son affable agonie. L'oeil est précoce à se plisser. La souffrance connaît peu de mots. Préfère te coucher sans fardeau: tu rêveras du lendemain et ton lit te sera léger. Tu rêveras que ta maison n'a plus de vitres. Tu es impatient de t'unir au vent, au vent qui parcourt une année en une nuit. D'autres chanteront l'incorporation mélodieuse, les chairs qui ne personnifient plus que la sorcellerie du sablier. Tu condamneras la gratitude qui se répète. Plus tard, on t'identifiera à quelque géant désagrégé, seigneur de l'impossible.

Pourtant.

Tu n'as fait qu'augmenter le poids de ta nuit. Tu es retourné à la pêche aux murailles, à la canicule sans été. Tu es furieux contre ton amour au centre d'une entente qui s'affole. Songe à la maison parfaite que tu ne verras jamais monter. A quand la récolte de l'abîme? Mais tu as crevé les yeux du lion. Tu crois voir passer la beauté au-dessus des lavandes noires...

Qu'est-ce qui t'a hissé, une fois encore, un peu plus haut, sans te convaincre?

Il n'y a pas de siège pur.


Yo habito un dolor

No dejes el cuidado de gobernar tu corazón a esas ternuras parientas del otoño del que reciben su plácido andar y su afable agonía. El ojo es precoz para plegarse. El sufrimiento conoce pocas palabras. Prefiere acostarse sin cargas: soñarás con el mañana y tu lecho será liviano para ti. Soñarás que tu casa ya no tiene vidrios. Sientes impaciencia por unirte al viento, al viento que recorre un año en una noche. Otros cantarán la incorporación melodiosa, las carnes que sólo personifican la brujería del reloj de arena. Condenarás la gratitud que se repite. Más tarde, te identificarán con algún gigante disgregado, señor de lo imposible.

Sin embargo.

Sólo has conseguido el peso de tu noche. Has vuelto a la pesca en las murallas, a la canícula sin verano. Estás furioso contra tu amor en el centro de un acuerdo que enloquece. Sueña con la casa perfecta que nunca verás elevarse. ¿Para cuándo la cosecha del abismo? Pero has reventado los ojos del león. Crees ver pasar a la belleza por encima de las lavandas negras.

¿Qué es lo que ha izado, una vez más aún, un poco más arriba, sin convencerte?

No hay sitio puro.



Nicolas de Stäel El sol, 1953

CHARLES V. ALKAN Preludes Op.31 Nº 13: "J'etais endormie, mais mon coeur veillait"


Nicolás de Stäel La luna, 1953

Bienvenida
¡Ojalá vuelvas a tu desorden, y el mundo al suyo! La asimetría es juventud. No se mantiene el orden más que el tiempo que se tarda en odiar su carácter de mal. Entonces se avivará en ti el deseo del porvenir, y cada peldaño de tu escalera desocupada y todos los rasgos inhibidos de tu vuelo te llevarán, te elevarán con un mismo sentimiento gozoso. Hijo de la oda ferviente, abjurarás del gigantesco enmohecimiento. Los solsticios cuajan el dolor difuso en una dura joya adamantina. El infierno a su medida que se habían esculpido los limadores de metales volverá a bajar vencido a su abismo. Delante del olvido nuevo, la única nube en el cielo será el sol.
Mintamos esperanzados a quienes nos mienten: que la inmortalidad inscrita sea a la vez la piedra y la lección.


Nicolas de Stäel Ménerbes, 1953

Les premières instants
Nous regardions couler devant nous l’eau grandissante. Elle effaçait d’un coup la montagne, se chassant de ses flancs maternels. Ce n’etait pas un torrent qui s’offrait a son destin mais une bete ineffable dont nous devenions la parole et la substance. Elle nous tenait amoureux sur l’arc toutpuissant de son imagination. Quelle intervention eut pu nous contraindre? La modicité quotidienne avait fui, le sang jeté était rendu á sa chaleur. Adoptés par l’ouvert, poncés jusqu’a l’invisible, nous étions une victoire qui ne prendrait jamais fin.

Los primeros instantes
Mirábamos correr ante nosotros el agua creciente. De repente borraba la montaña, escapando de sus flancos maternales. No era un torrente que se ofrecía a su destino sino un animal inefable en cuya palabra y sustancia nos habíamos convertido. Nos mantenía enamorados sobre el arco todopoderoso de su imaginación. ¿Qué intervención hubiera podido obligarnos? La mediocridad cotidiana había huido, la sangre arrojada era devuelta a su calor. Adoptados por lo abierto, pulidos hasta lo invisible, éramos una victoria que no terminaría jamás.

RENÉ CHAR (1907-1988)

2.8.09

al principio... está el asombro...

Glenn Gould - J. S. BACH Partita Nº 2

...para vivir en la forma originaria es necesario haberla vislumbrado. Es preciso poseer un ojo espiritual capaz de percibir las formas de la existencia en una actitud de profundo respeto. (¡Qué palabra tan tremenda: percepción, Wah-nehmung, esto es, capacidad de captar lo verdadero! Pero, ¿qué ha hecho de ella la filosofía? Lo contrario de lo que expresa el término alemán). No se trata de una serie de actos puntuales aislados, con los que el hombre atraviese la banalidad y dispersión de su existencia cotidiana abriendo así como orificios para atisbar el Absoluto, pues con ello no recuperaría su dignidad perdida; se trata más bien de una forma vital, dispuesta y pronta para ennoblecer su misma vida cotidiana y que, por consiguiente, puede lograrlo. Pero para ello, el hombre necesita una vez más ojos capaces de percibir la forma espiritual. Ha habido épocas que, enamoradas de las formas originarias de la existencia, intentaron imitarlas y expresarlas por doquier, por ejemplo, mediante formas de organización civil que, en un determinado momento histórico, expresaron los valores más elevados, aunque luego se empequeñecieron y quedaron vacías de contenido. Pero aquello a lo que se referían es algo irrenunciable, so pena de precipitar al hombre en la indiferencia, hasta tal punto que da lo mismo definirla como materia que como espíritu.

Ha habido épocas dominadas por la representación, durante las cuales, y debido a la multitud de formas existentes, era natural experimentar el kalonkagathon (bello y bueno), hasta tal extremo que era muy fácil caer en la tentación de deslizarse de la forma originaria a las derivadas. Cuando estas formas secundarias se rompen y se hacen sospechosas de no ser más que ideologías, resulta a la vez más difícil y más fácil reencontrar los orígenes de la forma. Más difícil, porque la mirada no se halla acostumbrada a contemplar la forma, pues se está habituado a mirar las cosas de abajo a arriba y no del todo a la parte. Nuestros ojos, avezados como los insectos a descomponer la realidad en mil facetas diferentes, sólo se adaptan a lo fragmentario, a lo cuantitativo; poseemos una visión puramente analítica del mundo y del alma y somos incapaces ya de ver la realidad. Por eso la psicología (o lo que hoy se entiende por tal) ha reemplazado a la filosofía. Por eso ya no creemos al hombre capaz de asumir forma, ni metafísica ni ética.

Hans Urs von BALTHASAR, Gloria. Una estética teológica Vol 1. La percepción de la forma, 1985