30.12.09

Cuerdas percutidas


Por aquellos días la alegría no precisaba de libretos.
¿Te acordás?
Nos engullíamos el cielo hasta la ebriedad, coqueteábamos con la melancolía de puros petulantes que éramos, nuestras pasiones danzaban al compás de tus tambores. Sabíamos agradecer, porque cada voluntad estaba aleccionada en el amor.
Después... no podría decirte. Supongo que fui hechizada por la irrupción de la serpiente (el tiempo, contra quien no pudo la inocencia) y entonces mi verbo se volvió ceniciento, rebuscado, odioso.
Ni yo me entiendo a veces, te juro. Pero es ese misterio el que me incita a desnudarme, a desgarrarme en hebras de sentido (de expresión).
Todos solemos marearnos un poco, cuando en lo íntimo nuestro la vida entra en convulsión.
Sin embargo, iluminando el polvo, siempre alcanzo a distinguir otros rastros junto a los míos. Será que hoy, tal como ayer, mi fe se afirma en los milagros.

DUKE ELLINGTON “Latin American Sunshine” LATIN AMERICAN SUITE (1970)

1 comentario:

Alyxandria Faderland dijo...

antes no necesitabamos libretos, ni nada especial para esta fecha; ahora se impone que si o si, asi te haya pasado por encima un tren o un tsunami, tenes que estar bailando en una pata.
Bueno al menos me has hecho reior con tu opinion de la obra de arte española. Menos mal que el hombre no visita mucho los blogs... ;)