13.2.10

"y el río profundo seguía fluyendo..." MIENTRAS DORMÍA

Lullaby
Lay your sleeping head, my love,
Human on my faithless arm;
Time and fevers burn away
Individual beauty from
Thoughtful children, and the grave
Proves the child ephemeral:
But in my arms till break of day
Let the living creature lie,
Mortal, guility, but to me
The entirely beautiful.

Soul and body have no bounds:
To lovers as they lie upon
Her tolerant enchanted slope
In their ordinary swoon,
Grave the vision Venus sends
Of supernatural sympathy,
Universal love and hope;
While abstract insight wakes
Among the glaciers and the rocks
The hermit's sensual ecstasy.

Certainty, fidelity
On the stroke of midnight pass
Like vibrations of a bell,
And fashionable madmen raise
Their pedantic boring cry:
Every farthing of the cost,
All the dreaded cards foretell,
Shall be paid, but from this night
Not a whisper, not a thought,
Not a kiss nor look be lost.

Beauty, midnight, vision dies:
Let the winds of dawn that blow
Softly round your dreaming head
Such a day of sweetness show
Eye and knocking heart may bless,
Find your mortal world enough;
Noons of dryness see you fed
By the involuntary powers,
Nights of insult let you pass
Watched by every human love.
W. H. AUDEN (enero de 1937)

BRIAN ENO “Little Fishes”


P. KLEE Fish Image, 1925


Canción de cuna

Posa la cabeza dormida, amor mío,
compasiva en mi brazo desleal;
el tiempo y las fiebres consumen
la belleza individual de
los niños considerados, y la tumba
demuestra al niño efímero:
pero en mis brazos hasta el amanecer
deja que descanse la criatura viva,
mortal, culpable, aunque para mí
totalmente hermosa.

Alma y cuerpo no tienen límites:
los amantes cuando se recuestan sobre
su ladera tolerante y encantada
en su desmayo corriente,
grave la visión que envía Venus
de compasión sobrenatural,
amor y esperanza universales;
mientras una percepción abstracta despierta
entre los glaciares y las rocas
el éxtasis carnal del ermitaño.

Certidumbre, fidelidad
al dar la medianoche pasan
como las vibraciones de una campana
y los locos de moda alzan
su grito pedante y aburrido:
hasta el último penique del precio,
todo lo que predicen las temidas cartas,
será abonado, pero de esta noche
que ni un susurro, ni un pensamiento,
ni un beso o mirada se pierdan.

Belleza, medianoche, muere la visión:
que los vientos del amanecer que soplan
suavemente en torno a tu cabeza ensoñada
muestren tal día de bienvenida
que el ojo y el corazón latiente lo bendigan,
y tengan suficiente con nuestro mundo mortal;
que los mediodías de aridez te encuentren alimentado
por los poderes involuntarios,
las noches de injuria te franqueen el paso
observado por todos los amores humanos.

Eduardo Iriarte (traducción)

BRIAN ENO – “By This River”

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