29.4.10
28.4.10
LA CAÍDA
26.4.10
CARTA DE CIUDADANÍA
Ni la pasión.
Todo se retuerce bajo el tul de la mediocridad.
Cinco choferes de ómnibus, afásicos y apopléjicos frente a un televisor, esperando su turno de salida en la garita de la parada.
Postales urbanas de la globalización.
En el vientre del dragón se digiere el espectro estrecho de posibilidades: o terrorista o productor o mendigo.
20.4.10
sempiternidad
11.4.10
A Lela
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño
no sabía que era niño
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad son los malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy,
no fuera antes de devenir; y que un día yo,
el que yo soy, no seré más ese que soy?
no podía pasar las espinacas, los porotos,
el arroz con leche y el coliflor saltado.
Ahora se lo come todo
y no porque lo obliguen.
Cuando el niño era niño
despertó una vez en una cama extraña
y ahora, una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora sólo con suerte.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora esta idea lo estremece.
Cuando el niño era niño
jugaba con entusiasmo,
y ahora se mete en sus cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
las manzanas y el pan le bastaban de alimento,
y todavía es así.
Cuando el niño era niño,
las bayas le caían en la mano
sólo como caen las bayas,
y ahora todavía.
Las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y ahora todavía.
Encima de cada montaña
tenía el anhelo de una montaña más alta
y en cada ciudad
el anhelo de una ciudad más grande,
y siempre es así todavía.
En la copa del árbol
tiraba de las cerezas con igual deleite
como hoy todavía.
Se asustaba de los extraños
y todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves,
y todavía las espera.
Cuando el niño era niño,
lanzó un palo como una lanza contra un árbol,
y hoy vibra ahí todavía.
PETER HANDKE (textos)
7.4.10
SIMAS
6.4.10
CIENTO POR UNO
Quien experimentó alguna vez la ponzoña contenida en el reconocimiento de las propias capacidades, si alguien transitó el calvario que significa el dar cuenta de su habilidad, sabrá a qué me refiero, sin necesidad de demasiadas argumentaciones.
Nada tan poco fiable como lo talentoso: lo ubico del lado de la culpa, del error, de la debilidad, de lo jurídico, del pecado, de la moral.
Si uno empieza a tasarse respecto a cualquier patrón impuesto por coacción es porque ya se ha perdido (y me temo que irremediablemente). Los talentos saben a sepulcro, a cadáver exquisito en exposición para deleite de la chusma.
Alguna vez, sin embargo, en una época más fuerte que este presente corrompido, que duda de sí mismo, tiene que venir a nosotros el hombre redentor, el hombre del gran amor y del gran desprecio, el espíritu creador, al que su fuerza impulsiva aleja una y otra vez de todo apartamiento y todo más allá, cuya soledad es malentendida por el pueblo como si fuera una huida de la realidad-: siendo así que constituye un hundirse, un enterrarse, un profundizar en la realidad, para extraer alguna vez de ella, cuando retorne a la luz, la redención de la misma, su redención de la maldición que el ideal existente hasta ahora ha lanzado sobre ella. Ese hombre del futuro que nos liberará del ideal existente hasta ahora y asimismo de lo que tuvo que nacer de él, de la gran náusea, de la voluntad de nada, del nihilismo, ese toque de campana del mediodía y de la gran decisión, que de nuevo libera la voluntad, que devuelve a la tierra su meta y al hombre su esperanza, ese anticristo y antinihilista, ese vencedor de Dios y de la nada -alguna vez tiene que llegar...
F. NIETZSCHE, Tratado Segundo. La Geneología de la Moral, 1887
4.4.10
μὴ μoυ ἅπτoυ / Noli me tangere / No me sujetes
[...] y
Después de decir todo esto, Mariam permaneció en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí.
3.4.10
CUMPLIMIENTO
VIBRÁTIL
Símbolos del mal, todavía aterradores...
2.4.10
GOLGOTHA -plataforma de eyección a lo inagotable-
CRUCIFIXIÓN
No llores por mí, Madre.
Estoy en el sepulcro.
I
Un coro de ángeles cantaba el gran advenimiento
y los cielos llameaban como fuego fundido.
Al Padre dijo: «¿Por qué me has abandonado?».
Y a la madre: «Oh, no llores por mí...».
II
Se debatía y lloraba Magdalena,
su discípulo predilecto se había vuelto de piedra.
Pero a donde
nadie osó levantar los ojos.
ANNA AJMÁTOVA [1940-1943]
G. B. Pergolesi - Stabat Mater, 1736 - "Quando corpus" & "Amen"