31.3.09

POSTAL


JOHN LEWIS-SACHA DISTEL-KENNY CLARKE-BARNEY WILEN-PERCY HEATH-KENNY CLARKE-PIERRE MICHELOT-CONNIE KAY
"All things you are" Afternoon in Paris, 1956


V
Words move, music moves
Only in time; but that which is only living
Can only die. Words, after speech, reach
Into the silence. Only by the form, the pattern,
Can words or music reach
The stillness, as a Chinese jar still
Moves perpetually in its stillness.
Not the stillness of the violin, while the note lasts,
Not that only, but the co-existence,
Or say that the end precedes the beginning,
And the end and the beginning were always there
Before the beginning and after the end.
And all is always now. Words strain,
Crack and sometimes break, under the burden,
Under the tension, slip, slide, perish,
Decay with imprecision, will not stay in place,
Will not stay still. Shrieking voices
Scolding, mocking, or merely chattering,
Always assail them. The Word in the desert
Is most attacked by voices of temptation,
The crying shadow in the funeral dance,
The loud lament of the disconsolate chimera.

The detail of the pattern is movement,
As in the figure of the ten stairs.
Desire itself is movement
Not in itself desirable;
Love is itself unmoving,
Only the cause and end of movement,
Timeless, and undesiring
Except in the aspect of time
Caught in the form of limitation
Between un-being and being.
Sudden in a shaft of sunlight
Even while the dust moves
There rises the hidden laughter
Of children in the foliage
Quick now, here, now, always—
Ridiculous the waste sad time
Stretching before and after.

T.S. ELIOT "Burnt Norton" (1935) of Four Quartets

Wassily Kandinsky Improvisation XIX, 1911

NINA SIMONE  Feeling Good

Wassily Kandinsky Dreamy Improvisation, 1913

Si tuvieras la visión que yo, te sonrojarías.
Ahí la tierra alfombrada a tus pies de cíclope, humanidad aguardando que la irrumpas con inspiración. El cielo te dirige una mirada complacida (tú, su Arte Redentor).
Hasta donde yo estoy -beatífica en tu amor de niño moribundo- llegan los rugidos de las hondanadas, inquietándose ante el inapelable desbarato que las cierne.

Ocurrirá,
a pesar de la extinción de dioses,
de los edictos y las alianzas conspirativas [Tesalónica, Las Guerras, Novus Ordo Seclorum]
del arbitrio enardecido de la realidad;
contra obsecuentes,
corrompiendo el centro del universal miedo -colectivo intransmisible.
Chapuceros, remendados, atónitos: los otros, los mismos.

En mí madura esta revelación:
profecía palpable,
fervor en las entrañas.
Creo, espero.
No hay dilema sin sarcasmo. Ni inocencia sin extravío.
Si lo vieras como yo te sonrojarías.

Wassily Kandinsky Improvisation XXVI (Oars), 1912

30.3.09

INTERMEZZO
Aún diré unas palabras para los oídos más refinados: qué es lo que yo quiero propiamente de la música. Que sea clara y profunda, como un mediodía de octubre. Que sea peculiar, desenvuelta, tierna, una dulce mujercita de gracia y perfidia. Nunca admitiré que un alemán pueda saber lo que es la música. Los llamados músicos alemanes, sobre todo los más grandes, son extranjeros, eslavos, croatas, italianos, holandeses o judíos; en otro caso, alemanes de raza fuerte, alemanes extinguidos, como Heinrich Schütz, Bach y Händel. Yo mismo sigo siendo todavía lo bastante polaco como para no dar todo el resto de la música a cambio de Chopin: exceptúo, por tres motivos, el Idilio de Sigfrido de Wagner, quizá también a Listz, que domina los acentos nobles de la orquesta por encima de todos los demás músicos; y, por último, todo lo que ha crecido más allá de los Alpes -más acá... No sabría prescindir de Rossini, y aún menos de mi sur en la música, la música de mi maestro veneciano Pietro Gasti. Y cuando digo más acá de los Alpes, digo propiamente sólo Venecia. Cuando busco otra palabra para música, tan sólo hallo siempre la palabra Venecia. No sé hacer ninguna distinción entre lágrimas y música, no sé pensar la felicidad, el sur, sin un escalofrío de terror.

Sobre el puente me hallaba

no ha mucho en la noche oscura.

De lejos un canto venía:

gotas doradas se derramaban

sobre la temblorosa superficie.

Góndolas, luces, música—

ebrios hacia el crepúsculo nadaban

Mi alma, un laúd,

conmovida sin ser vista, se cantaba

en secreto una canción de góndola,

temblando de dicha multicolor.

—¿Había alguien para escucharla?...

Nietzsche contra Wagner. Aktenstücke eines Psychologen, 1889



S. MERCADANTE Concierto para flauta en Mi menor op.57, 1819 
III.“Rondo Russo, Allegro Vivace Scherzando”

LA CANCIÓN DEL BAILE
Un atardecer caminaba Zaratustra con sus discípulos por el bosque; y estando buscando una fuente he aquí que llegó a un verde prado a quien árboles y malezas silenciosamente rodeaban: en él bailaban, unas con otras, unas muchachas. Tan pronto como las muchachas reconocieron a Zaratustra dejaron de bailar; mas Zaratustra se acercó a ellas con gesto amistoso y dijo estas palabras:
«¡No dejéis de bailar, encantadoras muchachas! No ha llegado a vosotras, con mirada malvada, ningún aguafiestas, ningún enemigo de muchachas.
Abogado de Dios soy yo ante el diablo: mas éste es el espíritu de la pesadez. ¿Cómo habría yo de ser, oh ligeras, hostil a bailes divinos? ¿O a pies de muchacha de hermosos tobillos?
Sin duda soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará también taludes de rosas debajo de mis cipreses.
Y asimismo encontrará ciertamente al pequeño dios que más querido les es a las muchachas: junto al pozo está tendido, quieto, con los ojos cerrados.
¡En verdad, se me quedó dormido en pleno día, el haragán! ¿Es que acaso corrió demasiado tras las mariposas?
¡No os enfadéis conmigo, bellas bailarinas, si castigo un poco al pequeño dios! Gritará ciertamente y llorará, - ¡mas a risa mueve él incluso cuando llora!
Y con lágrimas en los ojos debe pediros un baile; y yo mismo quiero cantar una canción para su baile: Una canción de baile y de mofa contra el espíritu de la pesadez, mi supremo y más poderoso diablo, del que ellos dicen que es el señor del mundo».
Y ésta es la canción que Zaratustra cantó mientras Cupido y las muchachas bailaban juntos:
En tus ojos he mirado hace poco, ¡oh vida! Y en lo insondable me pareció hundirme.
Pero tú me sacaste fuera con un anzuelo de oro; burlonamente te reíste cuando te llamé insondable.
«Ese es el lenguaje de todos los peces, dijiste; lo que ellos no pueden sondar, es insondable.
Pero yo soy tan sólo mudable, y salvaje, y una mujer en todo, y no virtuosa:
Aunque para vosotros los hombres me llame la profunda, o la fiel, la eterna, la llena de misterio.
Vosotros los hombres, sin embargo, me otorgáis siempre como regalo vuestras propias virtudes ¡ay, vosotros virtuosos!»
Así reía la increíble; mas yo nunca la creo, ni a ella ni a su risa, cuando habla mal de sí misma.
Y cuando hablé a solas con mi sabiduría salvaje, me dijo encolerizada: «Tú quieres, tú deseas, tú amas, ¡sólo por eso alabas tú la vida!»
A punto estuve de contestarle mal y de decirle la verdad a la encolerizada; y no se puede contestar peor que «diciendo la verdad» a nuestra propia sabiduría.
Así están, en efecto, las cosas entre nosotros tres. A fondo yo no amo más que a la vida ¡y, en verdad, sobre todo cuando la odio!
Y el que yo sea bueno con la sabiduría, y a menudo demasiado bueno: ¡esto se debe a que ella me recuerda totalmente a la vida!
Tiene los ojos de ella, su risa, e incluso su áurea caña de pescar: ¿qué puedo yo hacer si las dos se asemejan tanto?
Y una vez, cuando la vida me preguntó: ¿Quién es, pues, ésa, la sabiduría? yo me apresuré a responder:
«¡Ah sí!, ¡la sabiduría! Tenemos sed de ella y no nos saciamos, la miramos a través de velos, la intentamos apresar con redes.
¿Es hermosa? ¡Qué se yo! Pero hasta las carpas más viejas continúan picando en su cebo.
Mudable y terca es; a menudo la he visto morderse los labios y peinarse a contrapelo.
Acaso es malvada y falsa, y una mujer en todo; pero cabalmente cuando habla mal de sí es cuando más seduce».
Cuando dije esto a la vida ella rió malignamente y cerró los ojos. «¿De quién estás hablando?, dijo; ¿sin duda de mí? Y aunque tuvieras razón ¡decirme eso así a la cara! Pero ahora habla también de tu sabiduría».
¡Ay, y entonces volviste a abrir tus ojos, oh vida amada! Y en lo insondable me pareció hundirme allí de nuevo.
Así cantó Zaratustra. Mas cuando el baile acabó y las muchachas se hubieron ido de allí sintióse triste.
«El sol hace ya mucho que se puso, dijo por fin; el prado está húmedo, de los bosques llega frío.
Algo desconocido está a mi alrededor y mira pensativo. ¡Cómo! ¿Tú vives todavía, Zaratustra?
¿Por qué? ¿Para qué? ¿Con qué? ¿Hacia dónde? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿No es tontería vivir todavia?
Ay, amigos míos, la tarde es quien así pregunta desde mí. ¡Perdonadme mi tristeza! El atardecer ha llegado: ¡perdonadme que el atardecer haya llegado!»
Así habló Zaratustra.

Also Sprach Zarathustra. Ein Buch für Alle und Keinen, parte II 1883

25.3.09

CONFÍN


El alma, mariposa intrépida...


REMBRANDT VAN RIJN Philosopher in meditation, 1632


REMBRANDT VAN RIJN Saskia sleeping, 1655

De inmediato el alma creada por Dios, por un cierto instinto natural se vuelve a su padre Dios, no de otro modo que el fuego generado en tierra por fuerzas superiores, de súbito, por ímpetu de natura, se endereza a los lugares más altos; así que el alma que se dirige hacia Dios, es iluminada por sus rayos; pero este primer esplendor, cuando es recibido en la sustancia del alma que estaba por sí misma sin forma, se oscurece; y conformándose a la capacidad del alma se vuelve propio y natural de ella. Y por eso, mediante ese resplandor, casi por ser igual a ella, el alma se ve a sí misma, y ve también las cosas que están debajo de ella, o sea los cuerpos. Pero a través de ese rayo no ve las cosas que están arriba de ella.

Pero el alma que por este primer destello ya está próxima a Dios, recibe además de ésta, otra luz más clara, mediante la cual puede conocer las cosas de arriba. Tiene, pues, dos luces: una natural y otra sobrenatural, para que, gracias a la conjunción de ambas, como con dos alas, pueda volar por la región sublime. Si el alma siempre usase la luz divina, con ella siempre se acercaría a la divinidad; con la consecuencia que la tierra estaría vacía de animales racionales. Mas la divina providencia ha ordenado que el hombre sea dueño de sí mismo, y pueda en ciertas ocasiones usar ambas luces, y en otras cualquiera de las dos. De aquí que el alma, por su naturaleza vuelta hacia su propia luz, dejando lo divino, se repliegue en sí y en sus fuerzas, que pertenecen al gobierno del cuerpo; y desee poner a efecto estas fuerzas, construyendo cuerpos.

Según los platónicos, el alma, al volverse pesada por este deseo, desciende en los cuerpos, donde ejerce las fuerzas de engendrar, mover y sentir; y por su presencia adorna la tierra, que es la ínfima región del mundo. Esta región no debe carecer de razón, a fin de que ninguna parte del mundo quede privada de la presencia de seres vivos racionales; ya que el Autor del mundo, a cuya semejanza el mundo está hecho, es todo razón. Cayó nuestra alma en el cuerpo cuando, dejando la divina luz, sólo se volvió a mirar la luz propia; y comenzó a querer satisfacerse en sí misma. Sólo Dios, al que nada le falta, por sobre el que no hay nada, está satisfecho en sí mismo y es suficiente a sí mismo. Por todo eso, el alma se hizo igual a Dios en el momento en que quiso estar satisfecha en sí misma; casi como si, no menos que Dios, se bastase a sí misma.

MARSILIO FICINO (1433-1499) DE AMORE Capítulo IV




REMBRANDT VAN RIJN A young girl leaning on a window sill, 1645


REMBRANDT VAN RIJN A study of a female nude seen from the back, 1630-1634 

21.3.09

Lameir, lameir, lameir... (*)

Gustav KLIMT Stoclet frieze Fulfillment, 1905 

Cada recuerdo es un diente que ensancha la grieta con saña e inclemencia.
El olvido, ese abyecto rezagado. 
Entre el Parnaso y el mar un precipicio excitando la náusea del asomo. 
De tanto desangramiento la lucidez se difumina, perseverantemente.
Fantasmagorías. Metáforas ocres. 
Antesala del deseo.
Brochazos de otoño en la ciudad.



Richard Wagner Tristan und Isolde, 1865

Dritter Aufzug - Dritte Szene: "Isolde's Liebestod"

ISOLDE

Mild und leise

wie er lächelt,

wie das Auge

hold er öffnet –

seht ihr's, Freunde?

Säht ihr's nicht?

Immer lichter

wie er leuchtet,

Stern-umstrahlet

hoch sich hebt?

Seht ihr's nicht?

Wie das Herz ihm

mutig schwillt,

voll und hehr

im Busen ihm quillt?

Wie den Lippen,

wonnig mild,

süßer Atem

sanft entweht?

Freunde! Seht!

Fühlt und seht ihr's nicht? –

Höre ich nur

diese Weise,

die so wunder-

voll und leise,

Wonne klagend,

Alles sagend,

mild versöhnend

aus ihm tönend

in mich dringet,

auf sich schwinget,

hold erhallend

um mich klinget?

Heller schallend,

mich umwallend,

sind es Wellen

sanfter Lüfte?

Sind es Wolken

wonniger Düfte?

Wie sie schwellen,

mich umrauschen,

soll ich atmen,

soll ich lauschen?

Soll ich schlürfen,

untertauchen?

Süß in Düften

mich verhauchen?

In dem wogenden Schwall,

in dem tönenden Schall,

in des Welt-Atems

wehendem All –,

ertrinken,

versinken –,

unbewußt –,

höchste Lust!



ISOLDA
Delicioso y callado,
cómo sonríe,
como los ojos
abre propicio,
¿Lo veis amigos?
¿No lo veis?
¿Cada vez más luminoso
cómo resplandece,
astro bañado en luz,
cómo se eleva a lo alto?
¿No lo veis?
¿Cómo el corazón
se le dilata, valeroso,
cómo pleno y noble
se le hincha en el pecho?
¿Cómo en los labios,
deliciosamente,
el dulce aliento
suavemente se exhala?
¡Amigos!
¡Ved!
¿No lo veis ni lo sentís?
¿Sólo yo oigo
esta melodía,
que tan maravillosa
y suave,
lamentándose gozosa,
diciéndolo todo,
dulcemente conciliadora,
resonando desde él,
penetra en mí,
se eleva sobre sí,
sonando propicia,
rodeándome de sonido?
Vibrando más claras,
envolviéndome ondulantes,
¿son ondas de brisas deliciosas?
¿son nubes de aromas dulcísimos?
Cómo crecen,
cómo me rodean de murmullos,
¿debo respirarlas,
debe escucharlas?
¿Debo beberlas a sorbos,
sumergirme en ellas?
¿Respirarme en dulces fragancias?
En la crecida ondulante,
en el sonido resonante,
en el universo suspirante
de la respiración del mundo,
anegarse,
abismarse,
inconsciente,
supremo
 deleite. 



Tristán e Isolda. Manuscrito medieval


(*) -¿Ay, bella adorada!, decidme, ¿qué os aterra, de qué os quejáis?
Isolda, el halcón del amor respondió:
-Lameir es mi aflicción, lameir apesadumbra mi corazón, lameir es lo que me duele.
Al oírla decir tantas veces lameir, reflexionó él y consideró con detenimiento y precisión el significado de esa palabra. Entonces se percató de que l’ameir quiere decir “amor”, l’ameir “amargo” y la meir “el mar”. Le pareció que tenía todo un batallón de significados. Pasó por alto uno de los tres y preguntó por los otros dos. No mencionó al amor, el señor de los otros dos, el consuelo y la meta de ambos. Habló acerca del mar y de lo amargo.
-Creo –dijo- bella Isolda, que os inquietan el mar y la amargura. Os disgustan el mar y el viento. Creo que ambas cosas resultan amargas para vos.
-No señor. ¿Qué decís? Ninguna de esas cosas me conmueve. Ni el aire ni el mar me disgustan. Solamente lameir me hace daño.
Cuando comprendió la palabra, descubrió que contenía el “amor” y le susurró a ella:
-En verdad, hermosa mía, a mí me ocurre lo mismo. Vos y Lameir me asediáis. Queridísima señora, deliciosa Isolda, vos tan sólo y vuestro amor habéis confundido del todo y tomado posesión de mis sentidos. Tanto me he apartado del camino que debía seguir, que no encuentro la senda para volver. Me causa dolor y pesadumbre, me parece sin valor y en contra mía todo lo que veo. Nada hay en el mundo que ame tan intensamente como a vos.
Isolda dijo:
-Señor, igual me pasa a mí.

Gottfried von Strassburg Tristan, 1210

19.3.09

ÁNGEL CAÍDO

O had his powerful destiny ordained
Me some inferior angel, I had stood
Then happy; no unbounded hope had raised
Ambition. Yet why not? Some other Power
As great might have aspired, and me though mean
Drawn to his part; but other Powers as great
Fell not, but stand unshaken, from within
Or from without, to all temptations armed.
Hadst thou the same free will and power to stand?
Thou hadst: whom hast thou then or what to accuse,
But Heavn’s free love dealt equally to all?
Be then his love accursed, since love or hate,
To me alike, it deals eternal woe.
Nay cursed be thou; since against his thy will
Chose freely what it now so justly rues.
Me miserable! Which way shall I fly
Infinite wrath, and infinite despair?
Which way I fly is Hell; myself am Hell;
And in the lowest deep a lower deep
Still threat’ning to devour me opens wide,
To which the Hell I suffer seems a Heav’n

JOHN MILTON Paradise Lost, 1667 (IV: 58-78)


ALBERTO DURERO Ala de ave, 1512

“¡Ay! Si su poderoso destino me hubiera hecho un ángel inferior, hubiera sido feliz; ninguna esperanza infinita ha provocado la ambición. ¿Y por qué no? Algún otro Poder tan grande como el suyo podría haber dado el soplo de vida y a mí, aunque malo, traer a su lado; pero otros Poderes tan grandes no cayeron, se sostienen incólumes, desde dentro o desde fuera, están armados contra todas las tentaciones. ¿Tienes tú el mismo libre albedrío y poder para sostenerte? Lo tuviste: ¿a quién tienes entonces o a qué para acusar sino al amor libre del Cielo, repartido a todos por igual? Sé entonces su amor maldito, ya que amor u odio, lo mismo da para mí, es causa de eterna aflicción. No, maldito seas; ya que contra su voluntad escogiste en libertad lo que de ahora con justicia te lamentas. ¡Miserable de mí! ¿En qué dirección habré de volar cólera infinita y desesperación interminable? A cualquier lado que vuele está el Infierno, yo mismo soy el Infierno; y en lo más profundo se abre aún una mayor profundidad, más ancha, que amenaza con devorarme, hacia la cual el Infierno que sufro parece el Cielo”
JOHN MILTON El Paraíso Perdido IV: 58-78
{traducción de Gerardo Piña, mexicano}

17.3.09

Lá 'le Pádraig

Para Walde, en honor y hermandad
Cristo conmigo,
Cristo ante mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí,
Cristo bajo mío,
Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha,
Cristo a mi izquierda,
Cristo cuando me acuesto,
Cristo cuando me siento,
Cristo cuando me levanto,
Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí,
Cristo en la boca de todo hombre que hable de mí,
Cristo en todo ojo que me ve,
Cristo en todo oído que me escucha.
Me levanto hoy,
por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
por medio de creer en sus Tres Personas,
por medio de confesar la Unidad,
del Creador de la Creación.
Amén!
(Coraza de San Patricio)





Vestite de verde. Tomate una Guinness. Invocá la protección del santo. Leete algo de alguno de éstos. Disfrutá. Festejá (ya que nos van quedando cada vez menos motivos)

TEXTURAS (ajuste de reloj)

¿En qué tono se afina,
cuál es la tesitura del desamparo?

Abisal,
densa,
esteparia
[la sordera del derredor]

Gabriel FAURÉ Cantique de Jean Racine (The Choir of New College, Oxford)



Armando REVERÓN Mujer con mantilla, 1933


Gabriel FAURÉ Clair de lune (Renée Fleming, intérprete)


CLAIR DE LUNE
Votre âme est un paysage choisi
Que vont charmant masques et bergamasques
Jouant du luth et dansant et quasi
Tristes sous leurs déguisements fantasques.

Tout en chantant sur le mode mineur
L'amour vainqueur et la vie opportune,
Ils n'ont pas l'air de croire à leur bonheur
Et leur chanson se mêle au clair de lune,

Au calme clair de lune triste et beau,
Qui fait rêver les oiseaux dans les arbres
Et sangloter d'extase les jets d'eau,
Les grands jets d'eau sveltes parmi les marbres.

Paul VERLAINE, Fêtes galantes (1869)