2.9.08

NOVENO (pestilencias)

Yeah, baby, comenzó el mes infame.
Y con él volvieron las noches de Alto Insomnio y febril preocupación.
Me acosan los ácaros, los grillos, los mosquitos. La piel se inflama de erupciones iracundas, la respiración se torna anhelosa, el paladar se exaspera de lasitud.
¿Qué cuerpo es capaz de soportar la impetuosidad ridiculizadora del viento norte? De yapa, con una sequía que demora su partida cubriendo la atmósfera de polvo, hartazgo, tedio.
Septiembre también es afecto a los reclamos, a la agitación indignada. Esta semana, como otros años, en mi lugar de trabajo estamos de paro y en estado de asamblea permanente: la lucha es por el respeto a la institucionalidad del organismo, contra la imposición de estructuras paralelas y la "subsunción" de funciones (confieso que me costó incorporar ese vocablo, carísimo a los sentimientos filosóficos, en un asunto tan prosaico como el gremial). Mientras tanto, nos resignamos a un magro aumento salarial del 5% (que no alcanza para hacer frente a la embestida de la inflación, después del lock out agrario) y empezamos la semana con un tarifazo en la luz, el agua y los peajes que resultan corrosivos para el bolsillo y los nervios. Primavera socialista en la Fuck City. La política cambia su careta ideológica, pero detrás siempre hay lo mismo: estafa, corrupción, indiferencia.
Ajenos a mí los pizpireteos, el alborotamiento hormonal, las ilusiones en papel de arroz. Sinceramente, no entiendo eso de descocarse en mes noveno, el libertinaje emocional, la programática de la fluidez, la restauración de los valores hippies. Si es algo que está en el ambiente, soy inmune.
Me mantengo en la trastienda de las renovaciones y el florecimiento, desollada por los fracasos, atrincherada en los borbotones abismales del inframundo, donde reposa mi verdadero nombre (sepulcro sin epitafio), me entrego al abuso de los adverbios, y la moira recita líricas apocalípticas:

Comprobamos a menudo que un sujeto que escribe no posee para nada la escritura de su imagen privada: quien me ama "por mí mismo" no me ama por mi escritura (y yo sufro por ello). ¡Es indudable que amar a la vez dos significantes en el mismo cuerpo resulta demasiado! Eso lo sabe cualquiera. Y si por excepción se produce es la Coincidencia, el Soberano Bien.
La dedicatoria amorosa es imposible (no me contentaría con un encabezado mundano, perezoso de dedicarte una obra que se nos escapa a los dos). La operación en la que se apresa al otro no es un encabezado. Es, más profundamente, una inscripción: el otro está inscrito, se ha inscrito en el texto, dejó allí su huella, múltiple.
Tu presencia en el texto, puesto que eres allí irreconocible, no es la de una figura analógica, la de un fetiche: es la de una fuerza, que no está, desde ese momento, segura.
{R. Barthes "Fragmentos de un discurso amoroso"}




Mi posicionamiento social actual y proyectado a los años próximos no viene bien aspectado, sino que, al contrario, se presenta incierto. En épocas donde la mercadotecnia y las astucias publicitarias establecen impiadosamente paradigmas axiológicos, mi inoperancia en esas lides me margina, desencajándome. Mis humoradas, valga este ejemplo, no son recepcionadas como tales. Para no contribuir a la confusión y por un asunto de "principios" evito las explicaciones ulteriores. Quod scripsi scripsi. Alles ist Interpretation. No se trata, sin embargo, de amargura; son los efectos de la bilis negra milenaria corriendo por mis arterias, quebraduras expuestas, deshilachamientos oreándose. Soy la amiga fiel en los pasillos del sufrimiento, la acompañante indubitable en las pruebas del desaliento. No soy la invitada ideal para llevar a un banquete y he padecido desdenes, conocí espacios vacíos en celebraciones por mí convocadas. Pero guardo en mi memoria una mesa redonda, choques de libatorios, plegarias a la Alegría: hoy lejanísimos, como la infinitud.

Táctica de Ulises, me ato al mástil, tolerando la tentación. Un ejercicio de severidad jesuítica me sale mejor que un gag de comicidad cínica: ya ves, de tanto convivir con el enemigo una termina pareciéndose a él [lo cual me acerca a vos, insólitamente]. Soy una estoica que espera, una hechicera con ingenuidad, la cortesana mártir.

La astrología celta me signa con dos árboles diferentes. En su versión popular, soy sauce llorón (empática, melancólica), pero yo prefiero el esoterismo aristocrático de la vid. Por la evohé que se hace eco en mis palabras, ansiedad dionisíaca presente en estos jirones que te dedico.



Como la protagonista de "El amante", me sumerjo en la profundidad de una frase musical reveladora, me ahogo -dócil y exhausta- en un mar de lágrimas intestinas. Allí, en ese feudo donde impera la diafanidad de tu sonrisa.

10 comentarios:

Gabito Esmiápodo dijo...

También cumpleaños.

GISOFANIA dijo...

sí, por supuesto: ese es el concepto síntesis.

Qué oxigenante leerte por acá. Chasgraciassssssssss

Diego dijo...

Che, ¡guardá algo para el otoño!

GISOFANIA dijo...

algo como qué? y por qué el otoño?
O es un texto demasiado impresionante?

(a mí misma me abrumó mientras lo escribía, pero soy de agotarme fácil)

LORD MARIANVS dijo...

Le paso la data: Iván Lins, para componer "Septiembre" se inspiró en el mes de abril.

Diego dijo...

Algo de espíritu primaveral, que si no el otoño sí que va a estar triste...

GISOFANIA dijo...

Gracias, Marianvs. Estuve a punto de postear ese tema acá, pero me resultaba disonante con el espíritu del registro. Tu información da razón a mi sospecha.

D: te contesto con un post; el que viene después de éste.

JOKERMAN dijo...

Cosa confusa lo de los consultores celtas vía web...
Unos me asignan al saúco, otros me asignan al fresno.
Esto últimos me dicen además que mi color es el blanco y negro...

GISOFANIA dijo...

¡como la publicidad de los alfajores Bagley!

(de pronto te veo lookeado a lo "hip hop" y haciendo volteretas en los pasillos del ministerio)

JOKERMAN dijo...

Dios me libre, guarde y proteja!