31.10.08
AFIRMACIÓN. Inmortal Octubre.
30.10.08
Escombros
Hoy mi consejera es Até.
Hoy vengo a denunciarme.
El quehacer reconstructivo ha llegado a su término.
29.10.08
MINNE
28.10.08
Επιλεγμένη
Agraciada
Marcada.
Destinada.
Apartada.
Ungida.
Conquistada por enigmas y con descaro, sumisa a esa intimidad quimérica y prodigiosa, se entrega. ¿Cómo resistirse a la ambrosía de las revelaciones? ¿Por qué huir de tan exquisito éxtasis?
No es el mismo el mundo, ahora. Tampoco la mirada.
Se dilatan los confines del deseo. Borbotea la vida encabritada (a través de la piel, purificando las entrañas). La cópula de la interpretación regenera la totalidad de las cosas.
Asustada, extraviada, distinguida.
El corazón le arde como jamás antes ni después.
La carne se le turba de exaltación.
Una sensualidad nueva la posee, transmutándola en sí misma.
Indecible. Insondable.
El buitre de la enajenación sobrevuela el éter, acechando su restaurada inocencia.
Él, Señor Suyo, le hace señas impalpables. Susurra su nombre en medio de la lobreguez del bosque. Ella inaugura sus pequeños oídos para esa sinfonía apetitosa que la besa, ensaya unos aleteos cortesanos de correspondencia.
Por primera vez y para siempre, la niebla le acontece dulcemente hospitalaria.
Comprende entonces -sin horror- que se ha enamorado de un fantasma.
27.10.08
LISTITA EUDAIMÓNICA
¿Qué es malo? - Todo lo que procede de la debilidad.
¿Qué es felicidad? - El sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda superada.
No apaciguamiento, sino más poder; no paz ante todo, sino guerra; no virtud, sino vigor (virtud al estilo del Renacimiento, virtù, virtud sin moralina).
Los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer.
¿Qué es más dañoso que cualquier vicio? - La compasión activa con todos los malogrados y débiles - el cristianismo...
INSULAR
Estupor, gratitud, escalofríos (ay, Midas...)
HAMACAS AL RÍO El canto de las sirenas
TAKERIA
Frente a nosotros,
como una fila de velas encendidas,
-radiantes, cálidas y vivas-
están los días del futuro.
esas velas apagadas.
Las más cercanas todavía humeantes,
las más lejanas encorvadas, frías,
derretidas.
No quiero verlas. Me entristece
recordar su brillo.
Frente a mí miro las velas encendidas.
No quiero mirar hacia atrás y asustarme:
cuán rápido la negra fila avanza,
cuán rápido las velas apagadas crecen.
25.10.08
BÚMERAN
Inusitadas en estos tiempos de sobrevaluación erótica y ensalzamientos afectivos.
Imprescindibles cuando arrecian las carencias y mandan los omnipotentes vacíos.
Nadie pierde sino lo que no tiene y no ha tenido nunca. Y acaso el amor sea sólo un nombre o un relato ajeno bien ajeno, intraducible.
Hay desgarraduras atractivas, narcisismos embelesadores, asperezas cautivantes. No los míos.
24.10.08
PUNTO CIEGO
un sádico protocolo que me deporta
a los corredores de la invisibilidad.
22.10.08
EVOHÉ. Ensayo de persuasión
El arte es exiguo para dar cuenta de la agitación de ese Ápeiron que pugna por manifestarse. La ciencia se resigna a su derrota. Los trabajos y los días se soportan vomitivamente.
Me gusta Noé porque fue un empresario de mudanzas eficiente, por cierto, pero también, y sobre todo, porque inventó aquello en lo cual Dios ni siquiera se había atrevido a pensar: la manera de hacerse ligero, de danzar, de conjurar un poco la pesadez que nos aflije. Uno se preocupa por la fruta prohibida, el otro por su fermentación y destilación. El primero divide las tinieblas, forma el caos, crea la luz y algunos menudos trabajos de este orden, el segundo añade el etanol al cuadro que, de no ser así, habría quedado muy incompleto (…) Se necesitaba el vino, por lo menos, para hablar de la multiplicidad de los vestidos posibles, de las narices pensables y de las fragancias imaginables. Piénsese un poco: pétalos de rosa y duraznos en compota, vainilla y bergamota, trufas y pimientos verdes, piel de Rusia y pedernal, tripas de liebre y cereza… El diluvio es el triunfo del agua lustral, purificadora. Noe confía la regeneración que debe seguir a la tierra y a las sustancias que de ella se nutren. Ninguna metafísica del alcohol puede ahorrarse esta transmutación del agua en vino, ese pasaje del diluvio a la vid, de la razón al racimo.
Pues la embriaguez es mágica y conduce a comarcas que aclaran, iluminan e informan acerca del funcionamiento de la razón, acerca de sus límites (…) Estado que supone el espíritu turbado por los vapores del alcohol y no derrumbado a causa de dosis excesivas. La práctica del vino, y de otros brebajes mágicos, implica el gusto por el margen, el límite, la franja más allá de la cual se sabe que no hay retorno. Exige que se domine el cuerpo con la suficiente precisión y destreza para que pueda pedírsele solamente rozar universos en los cuales uno podría perecer en cuerpo y alma, confundidos, si faltaran la habilidad, el sentido de la delicadeza (…) Embriedad, una mezcla de embriaguez y ebriedad (…), un mixto de fascinación por los abismos y las prácticas de aproximación (...)
La embriedad es liberación del espíritu, superación de las fronteras o límites que lo contienen y lo someten mediante las operaciones del entendimiento, el trabajo del juicio, los rigores de la lógica y del razonamiento, las angustias del análisis. El vino es catártico. (…)
La embriedad es generadora de los aturdimientos que duran allí donde la sobriedad permite accesos más rápidos a las apercepciones apaciguadoras. Es un añadido de confusión a la confusión, de embriaguez a la embriaguez, de danza a ese ya vertiginoso ballet de las pequeñas percepciones. A la inquietud, en el sentido etimológico, añade más movimiento, incapacidad a nuevas quietudes. Síncopas y deslumbramientos contra claridad y distinción; Dionisio en furia, ménades y bacantes inspiradas contra Apolo deseoso de medida, de forma, de calma y orden. La embriedad es un asentimiento otorgado a las coreografías de las pequeñas percepciones antes de toda resolución en un estado de conciencia claro. Desata, libera y autoriza la duración de las confusiones. Lo antojadizo es alentado, garantizado en sus prerrogativas y remite a las calendas griegas los plenos poderes de una apercepción que significaría el rigor. Con eficacia, el achispamiento afecta los pequeños resortes de la dinámica espiritual en la tensión o el relajamiento, induce una tiranía de su orden multiplicando el aflujo de los flujos, solicitando los aturdimientos que preexisten ya a la percepción conciente, clara y distinta. Las energías, las vitalidades, las fuerzas son volubles y salvajes en el estado natural, la embriedad es un refuerzo de la gimnopedia caótica y dionisíaca; perturba, centuplica la magia y la furia; retrasa los efectos armónicos y conduce directamente sobre la senda de las sinestesias (…)
Los sonidos se espesan, se difunden, difractan, repercuten y resuenan con nuevos timbres, tienen mayor amplitud o profundidad, mayor delicadeza o preciosura. Las imágenes recorren el mismo camino, sometidas a las mismas leyes. Y otro tanto para los demás sentidos, todos ubicados bajo el registro de las sinestesias: nuevas correspondencias rimbaudianas donde, por cierto, las vocales están coloreadas, pero también son luminosas las músicas, sonoros los rozamientos, voluminosas las fragancias. Frutos, especias, flores, para hablar de un cuerpo; cadencias, ritmos, armonías para expresar una pintura; planos, pliegues, bloques para narrar una música. Los registros están confundidos, mezclados y combinados en provecho de nuevas sapiencias. El entusiasmo es ese dichoso pánico que, a través de caminos inesperados, conduce al corazón mismo de las cosas, a su esencia (…)
Semejante a los dioses antiguos, el bebedor enthée [endiosado] accede a la despreocupación, la ligereza, la frescura de quien experimenta en lo más recóndito la obra de la reconciliación consigo mismo, el fin de la alienación, definida como la resultante de la hipóstasis de las partes más ricas en sí.
Ahora bien, el olvido de sí y la amputación de una parte de sí entre las más ricas no se realizan sin dolores, concientes o inconcientes, sin trastornos e inquietudes. El deseo de ser otro, aunque no fuera más que algunos momentos, breves, se arraiga en una insatisfacción metafísica previa. Lo trágico no está lejos. El deseo psicotrópico está montado sobre una frustración existencial. El tiempo contado, los deseos más cuantiosos que los placeres, la sumisión generalizada al principio de realidad desde los primeros momentos de la vida, la monotonía de una existencia enfrentada a lo que lo imaginario y lo hipotético susurran, la insatisfacción tan a menudo dominante, todo invita a experimentar lo cotidiano como un fardo que, en ocasiones, hace sentir dolorosamente su naturaleza (…)
Beber es privilegiar lo que la civilización reprueba al considerarlos como sentidos innobles: el olfateo y el gusto, tras una rápida concesión que se hace a la vista para la ropa… La nariz, la boca, el paladar, la lengua, las mucosas, el rinencéfalo, fragancias, efluvios y sabores, se honra todo cuanto traiciona lo primitivo. Los efectos de la embriaguez también se manifiestan contra los sentidos nobles: se ve no tan bien, más borroso, a veces doble, resulta difícil concentrar su atención visual, el campo es disminuido; los sonidos adquieren una nueva consistencia, más fluida, más metálica, resuenan, repercuten y entrechocan en beneficio de un confusionismo que, en ocasiones, no carece de encanto. Uno deja de ver a quienes trataba de soportar; deja de oír sus parloteos que se pierden en un cacareo generalizado. Es una alegría. La cabeza vacila, se vuelve pesada aunque su contenido se aligere, regocijante paradoja. Se estropea el lugar del espíritu, y es el sitio mismo de la inteligencia, de la memoria y de la cultura. ¡Basta de ese instrumento de la razón que hace a uno razonable! Para paliar esas miserias que se adueñan de la cabeza cuando pretendían beber, los espartanos ceñían su frente para evitar que el alcohol se les subiera demasiado, y demasiado rápido al cerebro. No es seguro que el artificio realmente surtiera efecto (…)
Sin embargo, de la embriedad, a mitad de camino de la sobriedad y la embriaguez, pueden tomarse lecciones de filosofía. Así como la burbuja del champán es emblemática de las naturalezas muertas barrocas, igualmente la ebriedad es el anverso de una medalla cuyo reverso es la sabiduría trágica. Pues el alcohol, que puede ser el aguardiente luego de la destilación, sólo se obtiene mediante un proceso de descomposición, fermentaciones y podredumbres; el trabajo de la muerte, la vida continuada por otros medios. Astucia de la razón, es la resultante vigorizadora y vitalizante de una obra necrógrafa, una suerte de metempsícosis para azúcares difuntos que se convierten en ese líquido sutil, cargado de las potencialidades del delirio (...)
Así pues, los alcoholes son quintaesencias en todos los niveles: de efectos, causas y medios. Jugos de civilización y de metafísica, también son culturas, memorias y saberes licuados. Muertos domesticados, trabajo del negativo en proliferación, cristalizaciones pragmáticas de la dialéctica, y sobre todo del momento sintético que permite la superación-conservación -la famosa Aufhebung hegeliana-, análogo de la vanidad en las bellas artes: el cultivo del vino, la vinificación, son alquimias que permiten la vida transfigurada (…) Gracias, Noé.
21.10.08
OPPOSITIO
¿Por qué no se desploma el mundo cuando mis articulaciones se lesionan y ya no logro mantenerme erguida? ¿Cómo es que lo meteorológico y la fisiología del alma se experimentan como horizontes antitéticos? ¿A qué obedece esta prolongada segregación existencial?
El cosmos y mi ego se recusan. Irrevocablemente. Es una tiesura de órdenes antípodas.
Tal desfase mortifica, bautizándome al gueto de los gafes, de los malasombra.
Nada se hace responsable del crimen cometido. Ese que asesinó al goce con sobredosis de febrífugos, congelando cualquier esperanza.
No auxilian ni las grandilocuencias ni el poder anticipatorio de la escritura. Es algo timbrado en el ADN, de transferencia sináptica y registrado como tara en el Árbol Sefirótico.
Dos los imperios que sojuzgan a mi espíritu: la irreversibilidad y lo innombrable.
Pero ¿dónde he de esconder la abyección de mis cenizas, para que su relámpago jovial luzca con todo esplendor?
Pintaré mis labios por cortesía a los recuerdos. Acondicionaré un traje de fiesta para el simulacro. Maquillaré las amarguras para no desentonar.
Honorosamente he de someterme al ritual de las carnestolendas.
En homenaje a las tardes gloriosas que fueron y en consagración a lo que ha de estallar, alguna noche.
Claro como el sol en la luna
El sol no desaparece aunque las nubes persistan
Claro como el sol en la luna
19.10.08
CORDÓN UMBILICAL
Has conocido la vejez, el dolor y la muerte, y has concluido que el placer es una ilusión, que los epicúreos, víctimas de esa ilusión –la mayor que existe-, no comprenden nada sobre la inestabilidad de las cosas. Entonces has huido del mundo, convencido del carácter efímero de la belleza y de todos los encantos de la vida. No volveré, dijiste, mientras no haya evitado el nacimiento, la vejez y la muerte.
Hay mucho orgullo y sufrimiento en la renuncia. En lugar de retirarte discretamente, sin odio ni rebeldía, denuncias la ignorancia y las debilidades de los demás, condenas el placer y las voluptuosidades en los que los hombres se complacen. Quienes han renunciado al mundo para consagrarse al ascetismo han actuado así, convencidos de haber superado radicalmente las miserias humanas. El sentimiento de tener acceso a una eternidad subjetiva les ha hecho creer en una liberación total. Sin embargo, su impotencia para liberarse realmente se adivina en su condena del placer y su desprecio por quienes no viven más que por vivir. Incluso en el caso de que yo debiera retirarme al desierto más horrible, y renunciar a todo para no conocer más que la soledad total, jamás me atrevería a despreciar el placer y sus adeptos. Puesto que la renuncia y la soledad no pueden conducirme a la eternidad, puesto que estoy condenado a morir como todo el mundo, ¿por qué despreciaría a alguien, por qué esgrimiría yo mi propio camino como si fuera el único válido? ¿Acaso los profetas no carecen por completo de capacidad de comprensión y de discernimiento? Percibo el dolor, la vejez y la muerte, y me doy cuenta de que es imposible evitarlos. Pero ¿por qué iría yo a turbar el placer ajeno? Ciertamente, sólo la renuncia podría seducir a quien se ha hallado confrontado a semejantes realidades y las vive estando convencido de su perennidad. Es cierto que el sufrimiento conduce a la renuncia; sin embargo, yo nunca condenaría la alegría de otra persona, aunque la lepra me devorase. En la condena hay siempre una buena parte de envidia. El budismo y el cristianismo no son más que venganza y envidia hacia quienes sufren. Siento ya que en mi agonía no podré hacer más que la apología de la orgía. No recomiendo la renuncia a nadie, pues muy pocas personas logran, cuando se hallan en el desierto, superar la obsesión por lo efímero. Allí, igual que aquí, la precariedad de las cosas conserva el mismo atractivo doloroso. No olvidemos que las ilusiones de los grandes solitarios fueron más quiméricas aún que las de los ingenuos y los ignorantes. Tan amarga es la idea de la renuncia que resulta extraño que el ser humano haya podido concebirla. Quien no haya sentido, en los accesos de desesperación, un escalofrío gélido recorrerle el cuerpo, una sensación de abandono a lo ineluctable, de muerte cósmica y de nada, de vacío subjetivo y de inexplicable inquietud, ignora los terribles preliminares de la renuncia.
Pero ¿cómo renunciar? ¿Adónde ir para no abandonarlo todo de golpe (aunque ésta sea la única renuncia verdadera)? No podemos ya encontrar un desierto exterior; carecemos del decorado de la renuncia. Incapaces de vivir libres bajo el sol sin pensar en otra cosa que la eternidad, ¿cómo llegar a ser santos a cubierto? Es un drama eminentemente moderno el hecho de sólo poder renunciar mediante el suicidio. Pero, si nuestro desierto interior pusiera materializarse, ¿no nos anonadaría su inmensidad?
# No conozco verbo más insultante que "deber", conjugado en modo imperativo. Es también degradatorio y exterminador. Odio el deber ser, acaso porque en mi adolescencia me sedujo y yo sucumbí a sus ponzoñas.
# Renovada por el oasis de nuestros tangibles regocijos, iluminada en tu promesa de seguir perpetrando la complicidad, ennoblecida por tus cuidados y ponderación, sigo aún afectada a algunos miedos, interrogatorios vacuos, viejas dudas. Y no sé por qué, entendiéndolo, no paso a la acción de abdicar del caricaturesco poder de esos deseos cursis que ponen en riesgo a mi corazón.
Tal vez no estoy dispuesta a soportar de nuevo la terrible experiencia del error.
# Reproducción y trasmisión de la Vida: la opulencia de la Naturaleza es particularmente abusiva con las mujeres. No he logrado cumplir (supongo que el plazo está vencido) con el Máximo Designio Creador. Me siento, entonces, una sacrílega errabunda.
# Estas gnómicas tienen la pretensión de prologar una violenta y desalmada catarsis. Purificación en vistas a derruir la concupiscencia de una locura.
18.10.08
Νους
Los Elementos tienen, por tanto, el primer rango en todos los seres; están en toda composición y en las propiedades, y les comunican sus virtudes.
17.10.08
FOUCAULT
Y los espejos reiteran ese despojo que somos cada día, cada noche.
DESENGAÑOS
Cuando veas que la lluvia cae
y seguirá cayendo hasta que mueras:
piensa que estás solo para siempre.
Cuando en la mano que te han tendido brille sólo el puñal,
o al ir a apretarla se transforme en humo:
no te hagas ilusión: sigues estando solo para siempre.
Cuando creas que aún puede ayudarte la Palabra
(tú que aún crees en la Palabra),
desengáñate: porque la Palabra ha sido corrompida,
y estás, sin ella, solo para siempre.
Cuando mires la soberbia del que está en el poder
y la peor soberbia del que aspira al poder
para saciar (así se dice) las hambres de los hombres:
ríete de ellos, pero piensa
que están solos para siempre.
Cuando veas la abominación en el lugar de lo sagrado
y el cáliz lleno de inmundicias:
coge la esponja, empápala en vinagre,
muerde dos mil años de su sabor, y piensa
que un hombre estuvo solo para siempre.
MIGUEL ARTECHE, chileno, Noches (1976)
¿Alguno de entre ustedes también ha fantaseado con eso?
16.10.08
TOTEMISMOS
ALADO
Lucero desleal, haciéndole señas foscas.
Gravitación del bajofondo.
Palmario e irreversible: no logra alzar el vuelo.
Se disuelve el firmamento.
No hay fantasmagoría que lo sostenga.
Se deshace, fanal ardiente.
Boquea un motete.
Cae...........................................................
A. BRUCKNER Locus iste (motete, 1869)
FACAS
De esa cisura que el amor abrió, dividiendo mi existencia como lo hizo Moisés con las aguas del Mar Rojo, brotan los gemidos de sus genésicas pasiones. Es un eco melancólico que no cesa, que me estría la memoria indefinida e infinitamente.
Lo recuerdo a él montado en la serpiente emplumada, queriendo absorber la eternidad de un único trago. Y a mí obstinada en noquear las prohibiciones por los dos, con esta ansiedad en adagio apasionatto. Tarde, demasiado tarde, entendí que El Real Enemigo Tabú era la duración y la esencia absolutamente establecida de las cosas. Mi arma para hacerle frente, la varieté de los tropos. Cualquier apuesta sobre el match sería irrisoria, siempre hubo un solo ganador. El consuelo (mi orgullo) es que la luctuosa osadía resultó insultante para las cortes divinas.
Desenlace: La sombra de lo abandónico se traga el entusiasmo, envenena la ambrosía de nuestras lejanas dulzuras, descompagina el tapiz primorosamente bordado, inunda los fuegos con saña bestial.
¿Qué energía obrará de sustituto de aquella epifanía?
Un designio poderoso e irrevelable, hostil a lo impoluto, rompe el cristal de los caireles.
La oscuridad impera, separándome.
Ir sola tras el rumbo del deshilado hacia ninguna parte, aguardar el sofocamiento final de los instintos. Crucificar la transfiguración.
Inclemencia, peste, coro desafinado llegándome del Hades (el que está en mí y que yo soy)
El beso inmerecido es el que más echamos de menos.
Meditación de ruinas. No virtud, no vicio, no destino.
Entre ambos sólo han resistido algunas canciones. Entonces yo, la que antes se exaltaba en los atributos de Orfeo, ahora sabe [la condena del conocimiento es el dolor, y viceversa] que eso de la música es un perfecto pérfido embuste.
R.E.M. Losing my religion (acústico)
15.10.08
LINEAL (rutina)
14.10.08
LETANÍA
Infelices las rodillas que no conocieron la laceración de la vergüenza.
Desventurados los adioses sin llanto (de lágrimas resentidas).
Infausto quien prescinde del riesgo sin dudar aunque sea un segundo.
Desafortunados los ojos evasivos a la incomprensión o al tormento.
Aciagos el aprendiz ingenuo y el penitente ocioso.
Malaventurada el alma timorata, muladar del paraíso.
13.10.08
Le petite collage
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Ya mi cabeza sobre la almohada, me adormecí con los rezongos del cielo y el crepitar de gotas de lluvia en la ventana.
De esta manera pasaron las Completas del día de la raza.
11.10.08
SÍNTESIS & CLIMA
Nublado Parcial
Humedad: 33%
Presión: 1,003.8 hPa
Sensación térmica: 32°C (89.6°F)
Punto de rocío: 14C° (57.2°F)
Vientos: NE a 18 km/h